3/2/12

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA ABOLICIONISTA


A los que estamos en el mundo activo del abolicionismo de la tauromaquia, no nos ha pillado por sorpresa. Sabíamos que, con la obtención del poder absoluto por parte del PP, teniendo como teníamos el referente de las comunidades autónomas en las que gobierna, y con la -y esto no hay que olvidarlo- puerta abierta que les dejó el anterior gobierno, y más concretamente la señora Sinde (Ministerio de Cultura) y el señor Rubalcaba (Ministerio de Interior), los espectáculos taurinos iban a recibir una oleada de aire fresco en su inexorable camino hacía su desaparición. Por qué se pongan como se pongan y hagan lo que hagan, esto ya no tiene otro final.

Habrá parones, marchas adelante y marchas atrás, pero lo que era un pequeño sendero, ahora es un ancho camino, y luego será una carretera y luego una autovía, transitados en un solo sentido, el de la desaparición de los festejos taurinos.

Ayer por la mañana, el nuevo Ministro de Cultura, hacía su aparición, transformando su comparecencia en una visita guiada, -parecida a la que Esperanza Aguirre y su Centro de Asuntos Taurinos, ha puesto en marcha para que los jóvenes madrileños visiten la plaza de torturas de la calle de Alcalá, el coso de Las Ventas- pero haciendo uso o abuso de lo que ya había hecho gala -cuando se refería a la sustitución de la asignatura de Educación para la Ciudadanía por otra materia educativa que no adoctrina- es decir, de un absoluto desconocimiento de la verdad.

Si el miércoles utilizó un libro de texto, que jamás lo ha sido, cómo han explicado por activa y por pasiva sus editores, para hacernos creer que se había acabado "la comida de coco" a nuestros "pipiolos", ayer, esperemos que sin mala intención, nos contaba que los franceses habían hecho de la tauromaquia parte de su Patrimonio Inmaterial Cultural para ayudar a que la UNESCO, reconozca la afición del señor ministro como Bien Intangible de la Humanidad. Claro que, el desliz, puede ser comprendido cuando uno lee sólo prensa taurina, que nos ha intentado colar la misma falacia desde hace unos cuantos meses. Si hubieran leído lo que el ministro francés de Cultura declaró poco después, el error se podría haber subsanado, pero, para qué... menudo rollo eso de estar informado.

Por aclarar el tema a los lectores: Francia jamás ha declarado la tauromaquia "Patrimonio Inmaterial de su Cultura" sino que la incluyó en el inventario de actividades culturales que se celebran en ese país. La diferencia es sustancial, y más, cuando cómo hemos dicho, el ministro francés contestó a una petición que se le hacía a través de la que se solicitaban los documentos acreditativos de esa supuesta patrimonialidad (Patrimonio Inmaterial Cultural francés), diciendo: "tal decisión no existe".

Ayer, el señor Wert, nos dijo que su gobierno apoya "la puesta en valor de los toros como bien cultural". Añadió que se extenderán las ayudas de acción y promoción cultural a las asociaciones sin ánimo de lucro del mundo del toro o el diseño de una campaña de comunicación para la puesta de manifiesto de los valores culturales, medioambientales y socioeconómicos de la tauromaquia en su conjunto. Luego, cómo hace cualquier taurino que se precie de serlo, saco a pasear a García Lorca e hizo uso de los tópicos habituales sobre el mundo del arte, como plasmador en sus diferentes manifestaciones, de lo que para él es arte y para la mayoría de los ciudadanos del mundo es tortura y maltrato animal.

Se debió olvidar el señor ministro de consultar al de Economía, porque igual que desconoce los datos aportados con anterioridad, debe desconocer la situación económica de nuestro país y las políticas de austeridad que están poniendo en marcha. Sería alargar mucho este texto, pero todos conocemos de lo que estoy hablando.

¿Cómo les va a dar usted más dinero a las asociaciones taurinas –que ya lo reciben- si su gobierno se lo está quitando al resto de los ciudadanos? Luego, el señor Rajoy nos dirá que espera una huelga general. ¿Se pueden esperar otra cosa con este tipo de declaraciones?

Pero no se conformó con lo que hasta ahora hemos contado, sino que precisó que: “a la mayor brevedad”, convocaría la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos. “La dotaremos de un dinamismo del que ha carecido en los últimos años”. Aclaró también, en una suerte de rebobinado, que modificaría lo que hiciera falta su composición y funciones. Ahí no quedó la entrega torera del nuevo ministro, quien anunció que trabajará hombro con hombro con la afición. “En este nuevo impulso a la comisión se contará también con las asociaciones profesionales y de los aficionados, incorporándolas a las labores de asesoramiento, cooperación y propuesta al Ministerio”, dijo.

A la arenga protaurina del señor ministro, contestaron con mayor o menor fortuna sólo dos diputados, los señores Yuste de la Chunta de Aragón y el señor Joan Tardá de ERC. El primero, dijo, y en esto estoy de acuerdo, que ponía en duda que la tauromaquia pueda tener algún día la consideración de Patrimonio Intangible de la Humanidad por parte de la UNESCO. Hasta aquí todo perfecto, pero cometió el error de añadir: “Es como pretender que Auschwitz sea Patrimonio de la Humanidad”. Posteriormente se retractó de esta última afirmación, cosa que yo agradezco.

El señor Tardá, le comunicó al ministro que los toros no volverán a Cataluña, salvo que vengan acompañados de la Legión. Lo cierto es, señor Tardá, que esperemos que sus deseos, que son los nuestros, se cumplan, pero en Cataluña sí que hay toros, y se llaman correbous y las noticias que nos llegan desde allí no nos hacen felices en absoluto.

Y dicho lo dicho, y contando lo contado, sólo nos queda seguir luchando para que el señor Wert encuentre la respuesta ciudadana que merece su declaración de intenciones y que el movimiento abolicionista siga creciendo. Desatinos como éste, desde luego que nos ayudan.

1 comentario:

Mabel G. dijo...

Informativo como siempre. Te lo publicaré en mis espacios de Twitter y F/B.
(sabía que el PP se iba a tirar de cabeza a favor de los tauricidas pero el PSOE es de la misma calaña, como diría mi abuela "el mismo perro con diferente collar")